En casa

Como ya saben estaba viviendo sola, pero vine este fin de semana a visitar a mis padres. Con el tiempo viajaré menos. Hoy me fue a buscar mi mejor amiga a valparaíso (la ciudad en que estudio y vivo sola de marzo a diciembre), subimos cerro alegre y comimos chorrillana, lo cual después de días de ayuno fue extraño pero logré no vomitarla después. Fuimos a ver un gimnasio y luego a viña del mar a ver la facultad de diseño de cierta universidad en la que mi amiga estudió un tiempo. Finalmente llegamos al terminal y abordamos un bus con destino a santiago. Comí chatarra y eso me perturba pero el pensar en todos los cerros y escaleras que subimos me tranquiliza un poco.

En cuanto a lo de mi psicóloga y si me ayuda o no, no quiero pensarlo. Mi amiga me dijo que quizá debía buscar a alguien especializado. No sé. Por ahora quiero enfocarme en la U y en ir al gimnasio, esas dos cosas me mantendrán los suficiente ocupada como para no matarme.

Hoy fue un día de compañía y de hacer cosas normales. Una de esas cosas fue ir al supermercado y comprar COMIDA. Esperé a la chabe (mi amiga) para ir porque pensé que eligiría más con la cabeza que con mi trastorno cada alimento. Compré sopas para uno, cereales integrales, galletas de arroz, cola-cao light, leche... Nada que me den ganas de comer cuando me doy atracones. (los cereales son los más insípidos que he probado)

No sé si quiero sanarme. Una amiga me hizo elegir entre tres emociones, cuál era la predominante en mí. PENA, RABIA, MIEDO. Luego de pensarlo harto elegí miedo. A qué le temes, qué pasa si dejas de vómitar. Hablé del apoyo de mi papá, del miedo a subir de peso, de tener que vivir la vida de forma normal: volver a comer con gente en lugares publicos, comer frente a otros... Ella dijo que pensaba que no era nada de eso, que incluso ella pensaba que no dejaba de hacerlo por mi psicóloga. No por culpa de mi psicóloga sino porque me aferré a ella o algo así. No sé. No sé si vomitar me da beneficios, lo que sé es que me cuesta no hacerlo.

Hoy le dije a mi mamá: "Desde que dejé las pastillas tengo menos sueño y me desvelo" ella medio preocupada preguntó porqué no las tomaba, le dije que se me habían acabado, pero que de todas formas no sabía si seguiría con eso. NO DIJO NADA. Mi papá lo único que hace es preguntarme si sigo vomitando y si me compra las pastillas, "no las necesito" le he dicho. Dijo que de todas formas este fin de semana me las compraría, le diré que mejor me pague el gimnasio.

Estoy confundida. Un amigo me dijo: "lo que tú necesitas es ir al nutriólogo, cuando todos te quieran por ser delgada, tu te querrás también, así funciona tu cabeza" Y yo dije "wn yo debería pagarte a ti, tú si que me entiendes". Quedé sorprendida.

Ya, no las aburro más.
besos.